19 diciembre, 2012

Un Crack.


La misión del ser humano debería ser, llegar a ser un crack.
Un crack. Como en el fútbol.
Un crack es ambidiestro.
Zurdo y Derecho.
O lo que es lo mismo,
manejar muy bien el perfil de la inteligencia,
tanto como el del humor.

07 agosto, 2012

La duda de Pepe.

Pepe apenas sabía leer, sus seis años le daban para tener un padre pobre y un millón de preguntas. Aquella tarde camino al trabajo de su progenitor, pasaron como de costumbre a la tiendita para comprar dos panes, un sobre de café, un cuarto de leche y Pepe tomó unas papas. Las de costumbre. Su papá rió de lado y las puso en el mostrador para pagarlas.  Tan luego como lo hizo, Pepe las tomó con curiosidad y antes de abrirlas, leyó sin mucho éxito la parte de atrás de la envoltura. Con un gesto de confusión le preguntó a su padre, "¿porqué le ponen esos números?" Refiriéndose a la tabla nutrimental. Su papá muy sobrado le contestó, "Esos números son las calorías".

Pepe reviró al instante: "¿y qué son las calorías?". Su papá que no tenía una respuesta lo suficientemente acertada, lo miró, pensó un momento y contestó con lo que intuía, le haría entender un poco mejor el mundo a su pequeño hijo.

"Mira Pepe, las calorías es la forma en como los ricos miden sus dietas". Pepe, sin entender aún, volvió a preguntar: "¿Los ricos?". Su padre, con un gesto adusto, añadió: "Sí,  Pepe, los ricos miden sus dietas en calorías. Al resto, nos toca medirlas en pesos".

Finalmente el tendero le dijo al papá de Pepe, "¿le cobro? Son $25.50

24 julio, 2012

El monstruo debajo de la cama.


Tirados en un sofá, sin mucho qué hacer, Juan sonríe a Rogelio y saca tema, sólo por sacar (adultos los dos).
-¿Recuerdas lo del monstruo debajo de la cama?
Rogelio responde con una sonrisa de lado.
-No, nunca miré-.
Juan calla un momento, y dice.
-¿Una farsa entonces?-
Rogelio calla un momento. Contesta.
-No, un complejo-.

03 julio, 2012

Desmemoriados.


"Perder la memoria duele, no sé cómo, ni porqué, pero duele".
Levantarte, trabajar, medio comer, ver televisión, dormir, volver a levantarte, trabajar, medio comer y así, por los siglos de los siglos. Con el amén en la boca, tan a flor de piel que se ha hecho costumbre.
Error es pensar que nacimos en los 70´s, en los 80´s o en los 90´s, nacimos desde hace más de dos siglos, nacimos con el mestizaje, con la evangelización, pero no lo recordamos y cómo cambiar lo que no recordamos.
Nos debemos a nuestros padres, abuelos y tatatarabuelos, nos debemos a los genes, a las imposiciones y las herencias. Nos debemos al quiste de generaciones y generaciones, que dice: “mereces lo que tienes”.
No somos todos, eres tú, soy yo. El individuo sólo puede superarse a sí mismo, si la unidad no cambia, no cambia nada.
Patria es sólo un sentido de pertenencia, patria sólo es una palabra a la que nos acabamos por desgaste, que quedó adornando los libros de historia, que a su vez, no son más que datos para una prueba de primaria que a lo mucho te da un diez en papel. Y es que hablar de historia es hablar de olvido, de lugares lejos, lejos de tiempos y de conciencias. Nos volvimos autómatas, anárquicos y sin saberlo. (no todos, por fortuna).
El mayor defecto es perder la memoria, si la perdemos, perdemos todo, la dignidad, la coherencia, el orgullo, la brújula, la vergüenza. Se puede perdonar, pero no se puede olvidar, el que olvida está condenado a lo cíclico, a padecer el mismo dolor, a limpiar traseros, a cortarse las piernas para siempre, a volverse débil; atentando contra el principio de evolución, matando a los hijos que no ha tenido. Haces mucho daño si te das el lujo de perder la memoria, si te preocupas por el hoy tan inmediato, si devoras comiendo a llenar sólo hoy, si confundes terquedad con justicia, si te es más fácil romper que reparar, si ignoras el dolor ajeno, si zanjas tu propio bien y nada más, si crees en los "estonovaacambiar" o en los "quésepuedehacer", haces daño, mucho daño con tan sólo existir. Perder la memoria también es valerte madre, es ser indiferente, es hacer lo que siempre haces. Nada.
Perder la memoria es uno de los actos de egoísmo más soberbios que existen, y duele, duele mucho perder la memoria, no sé cómo, ni porqué, pero duele, aún cuando no haya sido la propia.

22 enero, 2012

El epitafio más grande.

Desde hace un año me prometí escribirte un gran epitafio, y hoy, justo a un año, no lo he encontrado, quizá porque no hayo las dos líneas que definan tanto que fuiste, y después de tanto pensar y pensar, la cabeza sólo me ha dado para escribir un epitafio, el mío. Y te lo dedico.

Aquí yace Yo, el que se murió un poquito desde que te moriste.
Aquí yace contigo una parte de mí, un poco de mis brazos cargando cada loza para cubrir tu ataúd, un poco de cemento en mis zapatos encerrándote para siempre, un puño de tierra que me partía la piel junto con el corazón. Un nudo en la garganta que a veces regresa, infranqueable, necio y me pone a llorar como niño a pesar de que sabes lo mucho que no me sale llorar.
Aquí yace un par de oídos solos.
Aquí yace un número de celular que nunca me llama, un cumpleaños que se paró en 36 y una mano izquierda que se reventó contra la pared aquel domingo a las 5:40 am.
Aquí yace un día esplendoroso que cupo en el día más triste. Te fuiste una mañana azul, azul, como pocas he visto. (¿será que alguien estaba contento?)
Aquí yace una mano temblorosa que con la vista nublada le puso dueño a tu cruz, mientras el esternón me apretaba el alma y la vida.
Aquí yacen mis noches cuando me da por recordarte y no tengo escapatoria. Y me dueles, me dueles en la canción que te recuerda y en las horas que ya no compartimos.
Aquí yacen los momentos en que volteo y no te miro.
Aquí yace la vida que me ha dado todo, como tu muerte por ejemplo. Eso faltaba darme y me lo dio, egoísta no ha sido la muy hijadeputa, nada puedo reclamarle.
Aquí yace el que era cuando estabas tú.
Aquí yace el que diario se levanta con la certeza de saberse en el camino correcto que va a llevarme a donde estás.
Aquí yace el deshermanado, el que te hacía reír, el que te regañaba, el que te admira, el que te quiere.
Aquí yace ese que apretó tu mano aquella madrugada justo en el momento que vio salirse por tu boca la vida.
Aquí yace Yo, al que no le quedó de otra, que morirse un poquito desde que te moriste.

16 enero, 2012

Eusebio.


Eusebio era ciego de nacimiento pero se daba el lujo de soñar a colores. Uno azul, uno naranja, uno dorado. Siempre soñaba a colores.

El doctor nuevo del pueblo se enteró de Eusebio y muy extrañado lo mandó llamar para preguntarle si era verdad eso de que él soñaba a colores. Eusebio, con su apagada timidez, contestó.

- Sí.

El galeno no muy convencido, volvió a inquirir.

- ¿Y con qué seguridad sabes que el azul es azul?

- Con la misma que ustedes (los que ven) afirman lo mismo.

11 enero, 2012

El sueño de Amelia.


“Si se sueña algo bueno no lo cuentes, que si no, no se hace realidad”, reza la tradición. Tradición que algún aficionado a la superstición y enemigo del aburrimiento inventó. Y se la creyeron. Y se la creyó.

Amelia soñó que le heredaban una casa, así, de la nada, con alberca, un patio grandote, grandote, que la casa era nueva, que incluía coche y mascota, un perro de esos de difícil pronunciación y delicado cuidado; ella feliz, reía y lloraba, supongo que de la emoción. Todo iba bien, casi se le cumple, si no fuera porque Amelia habla dormida.

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