Pepe apenas sabía leer, sus seis años le daban para tener un padre pobre y un millón de preguntas. Aquella tarde camino al trabajo de su progenitor, pasaron como de costumbre a la tiendita para comprar dos panes, un sobre de café, un cuarto de leche y Pepe tomó unas papas. Las de costumbre. Su papá rió de lado y las puso en el mostrador para pagarlas. Tan luego como lo hizo, Pepe las tomó con curiosidad y antes de abrirlas, leyó sin mucho éxito la parte de atrás de la envoltura. Con un gesto de confusión le preguntó a su padre, "¿porqué le ponen esos números?" Refiriéndose a la tabla nutrimental. Su papá muy sobrado le contestó, "Esos números son las calorías".
Pepe reviró al instante: "¿y qué son las calorías?". Su papá que no tenía una respuesta lo suficientemente acertada, lo miró, pensó un momento y contestó con lo que intuía, le haría entender un poco mejor el mundo a su pequeño hijo.
"Mira Pepe, las calorías es la forma en como los ricos miden sus dietas". Pepe, sin entender aún, volvió a preguntar: "¿Los ricos?". Su padre, con un gesto adusto, añadió: "Sí, Pepe, los ricos miden sus dietas en calorías. Al resto, nos toca medirlas en pesos".
Finalmente el tendero le dijo al papá de Pepe, "¿le cobro? Son $25.50
Finalmente el tendero le dijo al papá de Pepe, "¿le cobro? Son $25.50
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